miércoles, 18 de abril de 2012

¿Llorar o reír?


Ahora, todo en mi mundo es contradictorio. Estás pero no estás. ¿Llorar o reír? Sinceramente, no sé de qué tengo más ganas. ¿Cabrearme o ser indiferente? Parece que elegir una de todas estas opciones es una simple tontería. Es como si tuvieras el derecho de hoy elegir una, y mañana poder ponerte del lado contrario, elegir la otra. Pero, sin darte cuenta, la opción que tú elijas hoy, será la que te condicionará mañana. Skinner decía que el aprendizaje se basaba en que, si realizas una acción correctamente y te recompensan, tiendes a repetirla. Si es malo, es al revés. Me doy de golpes contra el suelo, una y otra vez, y parece que no aprendo. Cuando me digo "no voy a hablarle más", al cabo de un rato, lo acabo haciendo, aunque sea con la más mínima excusa. Tal vez, lo necesite. Sí, debe de ser eso. Le quieres y, aún no te has olvidado de él. Si no puedes, hazlo, tan sólo inténtalo. No, puede que quizá no lo consiga, y puede ser que sea porque no sé como hacerlo.